martes, 27 de mayo de 2008

la casa

La casa queda en el segundo piso de una construcción muy antigua, con 7 piezas alineadas formando un cuadrado, estas eran enormes y oscuras por lo que cuando era niña me hacían sentir mas pequeña de lo que ya era.
Cada pieza estaba delimitada desde hace años o décadas, el living, comedor o la cocina y la pieza de cada uno, todo esto unido por una gran galería de vidrios que hacían que a cualquier hora del día entrara la luz del sol y por las noches de luna esta iluminara los pasillos.
Mi casa cuadrado la recorría día tras día con mi triciclo, el que patinaba por el piso de madera, que en la noche crujía y me hacia pensar que alguien estaba recorriendo la galería toda la noche. También recuerdo la escalera al techo donde había un balconcito se colgaba la ropa, de ahí miraba todo el plan de Valparaíso y como se iban poblando los cerros cada vez con mas casas.
De entender que por vivir ahí nació mi adicción a los dulces, ya que al lado estaba la fabrica de dulces Forno, el olor a azúcar, caramelo y chocolate salía todo el día por las chimeneas lo que hacia que en las tardes mi casa se llenara de un dulce aroma.
Hace 5 años que dejamos de vivir en esa casa, pero ella sigue ahí en la calle Eusebio Lillo por la Avd Argentina, cada vez que quiero rememorar paso por fuera y me quedo mirándola, siempre con la sensación de que querer tocar el timbre y que escuchare como tiran del cordel para abrir la puerta y sale el dulce olor a caramelo.